HALO REACH

Hemos vivido la lucha contra la amenaza del Covenant, del Flood y de los halos del último Spartan, el Jefe Maestro, a lo largo de los años y de dos generaciones de consolas y tres juegos. Hemos luchado también en la piel de un soldado ODST en Nueva Mombasa en Halo 3: ODST, así como la historia de la tripulación de la nave Spirit of Fire de la UNSC en Halo Wars. Incluso hemos conocido mucho más del universo Halo a través de los cortos de animación recopilados en Halo Legends y en las diversas novelas publicadas. AhoraBungie, creador de la franquicia, se despide de ella con el último título de la saga que surge de sus manos, una historia que nos lleva al golpe más duro que recibió la humanidad en la guerra contra el Covenant, antes de descubrir los halos, antes de descubrir la amenaza del Flood, antes de que el Jefe Maestro fuese el último en su especie: la caída de la mayor de las colonias de la humanidad, Reach. Los hechos ocurridos en Halo: Reach nos llevan justo antes de comenzar el primer Halo y al momento más duro de la batalla contra el Covenant en el que la humanidad sufrió un duro ataque a la mayor de sus colonias y que acabó, no sólo con un duro golpe a su fuerza militar, sino también con la vida de miles de millones de personas. La historia que nos es contada en esta precuela no es inédita. El primer libro de Halo, escrito por Eric Nylund y publicado en España por la editorial Timun Mas, se titula La Caída de Reach y en él se relata no sólo la creación de los soldados Spartan y varias de sus batallas a lo largo de los años, así como el descubrimiento del Covenant, sino que también cuenta como el Covenant encontró Reach y lo redujo a cenizas. Los Spartan era un proyecto militar secreto destinado a crear supersoldados seleccionando niños con características concretas y mejorándolos genéticamente para hacerlos más fuertes y rápidos, a la vez que recibían el entrenamiento más duro desde pequeños y se les dotaba del equipamiento más moderno, como su característica armadura. Los Spartan fueron reduciendo su número a lo largo de los años, ya sea por el fracaso de las mejoras genéticas en su cuerpo, o por la lucha con el Covenant, aunque fue en el ataque a Reach, en un último intento por defender el planeta y a su población, cuando fueron exterminados a excepción del Jefe Maestro, que estaba destinado a terminar la guerra entre las distintas razas alienígenas. Todo comienza en Halo: Reach encarnando a Noble 6, un Spartan que acaba de ser transferido al equipo Noble y, que desde el principio, lo tendrá difícil para ser admitido por sus semejantes. Lo que parecía ser una misión para acabar con rebeldes en una zona montañosa de Reach terminará siendo el primer contacto con el Covenant y sus fuerzas de invasión, dando la alarma que tanto se temía. Es entonces cuando a lo largo de diversas misiones lucharemos codo con codo con el resto del equipo Noble para repeler al Covenant, formado por diversas razas alienígenas como los pequeños y masivos Grunt, los expertos tiradores Jackal o los temibles Elite y sus escudos. Todo ello en una épica historia de la que conocemos el final de antemano: la muerte de cada uno de los miembros del equipo durante la lucha. Y es que Bungie ha querido despedirse de la franquicia que la ha llevado a estar valorada como una de las mejores desarrolladoras actuales con una aventura llena de sentimientos y emoción, de momentos amargos y, sobre todo, de la lucha y autosacrificio. Es por eso que cada muerte de los miembros del equipo Noble nos llega en el momento menos esperado, muchas veces en forma de sacrificio personal por la misión y sus compañeros, hasta dejarnos al final, en un epílogo, solos en un planeta arrasado y enfrentándonos a enemigos que nos rodean hasta acabar con nosotros. Si, puede ser que muramos, pero lo haremos luchando hasta el último instante y llevándonos por delante a tantos enemigos como podamos, dejando la historia tal y como la conocíamos desde que Halo: Combat Evolved, apareciese en Xbox: con un único Spartan vivo en toda la galaxia. Las misiones son muy variadas, quizás más que nunca. Como es normal, abundarán las pantallas en las que tendremos que abrirnos paso a pie en campo abierto enfrentándonos a hordas de enemigos o defendiendo una posición, conduciendo de vez en cuando vehículos como los clásicos warthog o los tanques scorpion, así como robar vehículos enemigos y utilizarlos en su contra. Pero también encontramos otras fases donde pasaremos gran parte o toda la fase pilotando por los aires, ya sea un helicóptero de combate en una ciudad de rascacielos o la inclusión de un nuevo vehículo: el sabre, un caza espacial que pilotaremos en pleno espacio pudiendo movernos en cualquier dirección mientras nos enfrentamos al enemigo protegiendo las naves aliadas. Halo: Reach cuenta con diversos cambios respecto a Halo 3, por ejemplo los objetos que podíamos usar, como escudos. En esta ocasión tendremos habilidades que podremos intercambiar en diversas partes del escenario, al igual que podemos cambiar las armas que llevamos encima (que como siempre, son dos). Estas habilidades nos permiten correr, crear un escudo esférico, bloquear nuestra armadura para absorber el daño, hacernos invisibles, utilizar un jetpack o crear una imagen holográfica de nosotros que saldrá corriendo hacia delante engañando al enemigo. También se ha eliminado nuestra inmortalidad, seguimos teniendo escudos que se recargan como en Halo 3, pero si recibimos daño una vez que nos quedemos sin escudos, bajará nuestra barra de vida, que llegará a regenerarse si baja poco, pero que no lo hará si las heridas son serias, obligando a utilizar los botiquines que podemos encontrar dispersos por el mapeado. También se han remapeado ligeramente los controles por defecto, aunque siguen siendo básicamente los típicos de cualquier shooter, lo que también ha eliminado la posibilidad de llevar un arma pequeña en cada mano. Aun así, seguimos teniendo una gran variedad de armas humanas y covenant a nuestra disposición, pudiendo acceder a la información de la que tenemos equipada pulsando el botón back. Por supuesto, el modo campaña sigue ofreciendo grandes alicientes, con una duración bastante decente y una enorme rejugabilidad gracias a sus diversos modos de dificultad y al exitoso modo cooperativo que regresa una vez más para completar la aventura principal en compañía de varios amigos y que siempre hace que el juego se disfrute mucho más, además de ser una forma perfecta de superar el mítico modo de dificultad legendario. También tenemos secretos que encontrar, como diversos datapads con información extra y, aunque en esta ocasión no tendremos que buscar calaveras, si que las tendremos disponibles para activar y darle un toque especial o dificultad añadida al juego. Por supuesto la oferta de juego la completa el multijugador, que sigue la estela de Halo 3 y Halo 3: ODST, con modos clásicos como la lucha por equipos y todos contra todos en diversas modalidades como infección (algunos jugadores empiezan como zombis e intentan infectar a los demás), juggernaut (un Spartan es el objetivo de los demás pero está sumamente potenciado), bola loca (donde el objetivo es conservar una calavera el mayor tiempo posible) o carrera (en la que corremos contra otros jugadores en un mongoose). Pero quizás el modo más interesante, que se incluyó en Halo 3: ODST, es el modo tiroteo, en el que hasta cuatro jugadores deben resistir oleadas enemigas con un límite de vidas y diversas modalidades, con diversas calaveras activadas. Para completar las posibilidades del título, volvemos a tener el modo cine con el que revivir las partidas jugadas en cualquier modo y el editor de escenarios Forge, que en esta ocasión ha sido ampliado de sobremanera para poder realizar niveles personalizados a nuestro gusto y tan completos como los que podemos encontrar ya incluidos en el juego. La evolución gráfica no ha sido mucha desde la salida de Halo 3, por lo que prácticamente nos encontramos con un aspecto muy similar a simple vista, con alguna pequeña diferencia, pero básicamente igual. Las escenas del juego están todas renderizadas en tiempo real con el motor del juego, y esto tiene una causa de ser así. Al introducir el juego en la consola, lo primero que se nos pedirá será el personalizar a nuestro Spartan de igual forma que hemos hecho otras veces, cambiando el color de su armadura, algunas partes de esta y definiendo un emblema, salvo que en esta ocasión no será en exclusiva para el modo multijugador (donde podemos también definir ligeramente el aspecto para un Elite para cuando juguemos en ese bando), sino que será ese personaje el que aparecerá en la campaña, del que veremos la mano o incluso los pies cuando miremos hacia abajo. Este Spartan puede ser hombre o mujer, con voces para ambos sexos en el modo campaña, aunque en el modo multijugador tenemos muchas más voces disponibles, incluidas la del Jefe Maestro o la de Cortana. Es una sensación única el crear un personaje a nuestro gusto y verlo aparecer en pantalla al comenzar la primera misión de la campaña, además, conforme juguemos iremos desbloqueando nuevos elementos para personalizar nuestro personaje que podremos comprar con créditos que ganamos al jugar en cualquier modo. Si esto no sacia vuestro afán de coleccionismo, los jugadores más hábiles podrán desbloquear armaduras Spartan para nuestro avatar a modo de recompensa si consiguen ciertos hitos, como puede ser terminar en solitario un nivel de la campaña en dificultad legendaria y sin morir ni una sola vez. Los escenarios todos están genialmente realizados, y mezclan todo tipo de tipos: zonas montañosas, urbanas, destructores espaciales… todos ellos inmensos, incluso en los mapas multijugador, perfectos para ser recorridos con vehículos a toda velocidad. Quizás falta la espectacularidad de ver un gigante como un scarab de cerca (ya que aunque los llegaremos a ver bastante cerca, no será tanto como en otras ocasiones), pero si que encontraremos una inmensa cantidad de enemigos y aliados con diversos diseños y tácticas. Los efectos de luz y sombras, junto a las cuidadas texturas, vuelven a ser una de las señas de calidad de Halo, y es que las transiciones de lugares luminosos a oscuros, la utilización de luz natural o artificial y las sombras que se proyectan en todas direcciones hacen que los escenarios luzcan genial, muy sólidos y creíbles, así como los Spartan, cada uno con un diseño único y espectacular en su armadura. Todo el juego funciona de manera fluida y, si queremos recortar los extensos tiempos de carga con los que lastra esta saga, podemos instalar el juego en el disco duro, reduciéndolos considerablemente. Todo el juego está doblado al castellano y, después del traspiés que tuvo Microsoft con el doblaje de Halo 2, sigue la estela que llevamos observando en la nueva generación, con un doblaje de gran calidad, con actores que reflejan a la perfección la forma de ser de cada uno de los personajes, desde el nuestro propio, al de otros Spartan, marines o enemigos. Pero Halo no es capaz de meternos en el juego sólo con eso, lo hace gracias a unos cuidados efectos de sonido de golpes, disparos, explosiones y gritos rodeándonos, haciéndonos sentir el estar dentro del campo de batalla, así como, especialmente, gracias a la grandiosa banda sonora que siempre nos han regalado los distintos juegos de Halo. De nuevo la música invita a detenerse durante un momento y disfrutar de ella, de lo que transmite, una música que suena a algo ascentral y místico que sabe mostrarnos la epicidad de ciertos momentos de acción, a la vez que se vuelve más lenta, orquestal y emotiva en los momentos más sensibles, capaz de ponernos los pelos de punta y llegar hasta nuestros sentimientos más profundos. Es quizás eso, la música genialmente compuesta e interpretada, la que hace que mientras jugamos a Halo: Reach en su modo campaña no nos parezca una historia de ficción ambientada en un futuro lejano, sino que nos hace sentir que estamos ahí, luchando en una batalla inútil, pero igualmente luchando con la mayor valentía posible, viendo como nuestros compañeros caen a nuestro alrededor, sintiendo su pérdida de forma real y lanzándonos a la lucha con rabia y fiereza. La ambientación conseguida en Halo: Reach, especialmente gracias a su banda sonora, hace que no juguemos por terminar el nivel, jugamos por cumplir la misión, por salvar Reach o, al menos, perderlo luchando, seguimos jugando porque somos un Spartan. El juego ha llegado a las tiendas, una vez más, con diversas ediciones y accesorios. Hemos podido encontrar una versión de Xbox 360 plateada con motivos de la UNSC, al igual que un mando inalámbrico y un headset inalámbrico que siguen el mismo diseño. En cuanto al juego, además de la típica edición clásica sin más, podemos encontrar la edición de coleccionista, en una caja metálica que incluye material digital y, lo más destacable, un completo libro con información de la franquicia y de los Spartan. La joya de la corona es la edición legendaria que en nuestro país puso a la venta en exclusiva Game, aunque poner a la venta es un decir, ya que las reservas acabaron con todas las existencias disponibles largo tiempo antes del lanzamiento del juego. Esta edición legendaria incluía la edición de coleccionista además de un diorama de gran tamaño con el equipo Noble realizado por McFarlane Toys. Bungie ha dicho adiós a Halo con este título. Una franquicia que inicialmente iba a llegar para los Mac de Apple y que Microsoft supo conseguir hábilmente dando un duro golpe. Una franquicia que fue estandarte de Xbox, la primera incursión de Microsoft en el mercado de las consolas domésticas y que en gran medida fue la responsable de que esa apuesta de mercado funcionase y llevase a la marca Xbox a lo que es hoy en día. Han sido cinco títulos de Halo los que han llegado a nuestras manos y, salvo aquel Halo Wars que fue también tarjeta de despedida para la mítica Ensemble Studios (creadores de Age of Empires), todos obras maestras de Bungie. Ahora, sin sus creadores originales, la franquicia Halo sigue su camino mientras Bungie sigue el suyo y nos han dedicado una despedida por todo lo alto.Halo: Reach es, con diferencia, el título más emotivo de la franquicia y el que le da sentido a todos los demás. Pocos títulos, más aun de este género, nos cuentan una historia con tantos sentimientos, más propios de otros medios como el cine o la literatura. Halo: Reach ha conseguido traspasar nuestras pantallas para hacerse en cierta forma real, un homenaje a los soldados que dieron su vida por salvar el planeta Reach, unos soldados ficticios que luchaban una guerra inexistente en un planeta aun no descubierto, pero Bungie ha conseguido que parezca algo real y sólo por eso ya se puede decir que han cumplido con creces todas las expectativas que se puede poner en un videojuego, creando una obra maestra entre obras maestras y uno de los mejores shooters de la historia. Absolutamente imprescindible para todos los fans de Halo, la ciencia ficción, los FPS y, en general, cualquier gamer.